Suena
el despertador, son las diez de la mañana y tengo un sueño bárbaro.
Hoy lo voy a ver a el después de tanto tiempo. Me pasé toda la noche en vela imaginando posibles situaciones en mi mente. Esta ansiedad me está matando, necesito que sean las nueve, estar en la fiesta de otoño con mis amigos y con Alex. Mejor me calmo un rato para desayunar, después voy a terminar unas pinturas para la clase de arte y más tarde empezaré a prepararme.
Hoy lo voy a ver a el después de tanto tiempo. Me pasé toda la noche en vela imaginando posibles situaciones en mi mente. Esta ansiedad me está matando, necesito que sean las nueve, estar en la fiesta de otoño con mis amigos y con Alex. Mejor me calmo un rato para desayunar, después voy a terminar unas pinturas para la clase de arte y más tarde empezaré a prepararme.
Mientras
estoy pintando, aun sigo saboreando lo bien que estaban las milanesas con puré
que hizo mamá. Miro el reloj y son casi las seis y media, ¡Como se me fue el
tiempo! Dejo la pintura por donde está, subo a mi cuarto y empiezo con los
preparativos. Luego de ducharme, me seco el pelo, sigo con el maquillaje y por último me pongo un vestido marrón con mis borcegos negros.
Ya
sentada en el auto camino al baile, con algo de nervios, estoy lista para la
fiesta y para verlo a él. ¡Llegamos! Exclama mi papá, me da un beso, y me despide.
Camino
tranquila, pero por dentro quiero entrar corriendo este pasillo interminable,
con luces y telas que hacen que el salón parezca un palacio. Levanto la mirada
y al final del pasillo esta él. Logro escuchar que suena en la pista un tema de la banda Salvapantallas que me encanta! Una luz amarilla muy cálida por detrás
haciéndole sombra a sus rizos intactos me deja impactada, ¿en que estará pensando? Mis nervios están a
punto de explotar. Llego al final del pasillo, Alex me ofrece su mano, me besa
la mejilla y me dice al oído:
-Hola Flor, te extrañé.
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