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La radio y jaime yankelevich

¿Pensabas que Jaime Yankelevich sólo estuvo relacionado a la televisión? En las siguientes líneas te vamos a contar cuál fue su primera gran pasión.

Jaime Yankelevich tenía un local de electricidad en el barrio de Constitución, allí fabricaba radios a galena, ya que las mismas llegadas del extranjero resultaban muy costosas para los aficionados. También hacía toda clase de arreglos y algunas noches trabajaba como operador en el Cine 25 de Mayo, que quedaba a dos cuadras del negocio. Un día lo llamaron desde el barrio de Flores, se subió a su bicicleta y con una escalera al hombro pedaleó hasta el lugar. Cuando llegó, una persona de apellido Panella, quien era propietario de Radio Nacional, le pidió que arreglara unos artefactos. Jaime quedó fascinado con la radio, tal fue así que a Panella no le cobró nada por el trabajo que había realizado, sino que lo comprometió a que esa noche pasara unos avisos de Casa Yankelevich, su local. Al mostrarse tan interesado, Panella le ofrece la venta de la radio. Al día siguiente Jaime volvió y la compró con todos sus ahorros. Al tiempo un juez de paz lo citó para intimarlo porque pensaba que la radio se le iría de las manos, pero su mujer, Carolina, lo alentó. Fueron juntos y fue tanto lo que Jaime habló de la radio y de sus posibilidades que fue el mismo juez quien le prestó plata para que levantara la deuda y siguiera adelante. Un dato curioso, cuando el juez dejó su función, pasó a administrar la radio.

En la década del ‘30 Radio Nacional produjo su despegue. En 1935, por disposición del Ministro del Interior, la radio cambia de nombre y luego de un concurso pasa a llamarse “ Radio Belgrano”.

Yankelevich fue pionero en la radiofonía y especialmente en la radiofonía comercial porque fue él quien pagó los primeros sueldos artísticos en su emisora. Nunca hubo grabaciones, siempre los números eran en vivo. Su intención era que el público tuviera la sensación de estar en el estudio y para ello hacía afinar los instrumentos frente al micrófono. Solía decir que era preferible escuchar un mal cantor que un buen disco. 

Don Jaime llegaba todos los días a la radio a las 6 de la mañana luego de tomarse un tranvía que pasaba por la puerta de su casa. Era tan apasionado y perfeccionista que por las noches, después de la 1AM acostumbraba a llamar por teléfono a la planta transmisora en Morón para ecualizar líneas. Durante esos años conversó con propietarios de estaciones radiales del interior, aquellas de escasa potencia y les propone formar la Primera Cadena Argentina de Broadcasting… Se preguntarán qué es eso, no? Bueno, pasó que Yankelevich se dio cuenta que si transmitía desde Buenos Aires para 25 o 30 radios del interior tenía sus costos asegurados y además podía poner publicidad local. ¡Todo un visionario! A sus treinta y largo de años ya tenía cinco radios a su cargo, Radio Belgrano, la radio del Diario La Razon, Radio Bernotti, Radio Porteña y Radio cultura.

Sin dudas Jaime Yankelevich fue un pionero de los medios audiovisuales.

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